Hablemos del Italia vs. Rumanía

El mejor partido de la Euro hasta el momento: una gozada con 25 llegadas al área contraria entre ambos equipos. Quien pensara que Rumanía iba a ser una telonera secundaria en el grupo de la muerte incurrió en un grave error. Los de Piturca tienen equilibrio y saben competir: los centrales Goian, del Steaua, y Tamas, ex del Celta y ahora en el Auxerre, son de las parejas de centrales más firmes del torneo (ambos estuvieron inmensos ante la campeona del mundo); Rat es un lateral zurdo con despliegue, fuerza y colocación; Chivu está disfrutando de lo lindo en la demarcación de mediocentro (si bien no es nueva para él) y hoy se adueñó del mediocampo; los mediapuntas, en especial Daniel Niculae (también jugador del Auxerre), bajan unos metros a ofrecerse para así oxigenar la salida de la pelota (tengamos en cuenta que Rumanía carece de un creador de categoría); Mutu da el toque de distinción.

Quién iba a decirle a Donadoni que Pirlo, el jugador que mejor ve el fútbol de la 'azzurra', iba a hacer una Euro tan gris. No está siendo la competición del rossonero. Si ante Holanda Van Basten le colocó a Van der Vaart para que le taponase en la salida del esférico, hoy su sociedad con De Rossi fue un claro fracaso porque jugaron a la misma altura. Ninguno se desdobló y el seleccionador transalpino no supo corregirlo durante la contienda. Chivu, al que antes subrayé como clave, se impuso al milanista y al romanista. Buffon, con el penalty detenido a su ex compañero Mutu, mantiene vivas las esperanzas de los italianos aunque con respiración asistida; Cassano fue un revulsivo con su movilidad cuando saltó al césped en la 2ª parte pero sin aportar la pegada que precisaban los suyos. Resumiendo: un choque disputado de poder a poder en el que, quizá, Italia hizo un poquito más para ganar. Aun así, el empate no fue injusto.