Las razones del corazón

Bien es cierto que el corazón tiene razones que la razón no comprende, pero rara vez llevan razón la razones del corazón. Los nacionalistas vascos más violentos esgrimen mucho sentimiento pero poca cabeza. Y muchos jugadores vascos, mediante un comunicado incómodo (antipático, difuso, confuso) han hecho un guiño a esos dantescos terroristas de Euskadi. Ninguno de los 165 futbolistas (algunos ya retirados) que divulgaron el comunicado taxativo de que sólo jugarán bajo la denominación de 'Euskal Herria', mandó públicamente ningún mensaje de ánimo a Bixente Lizarazu cuando éste fue amenazado por ETA. Silencio.

La historia de España es una historia de grandes problemas inconexos, de fusilamientos, de matanzas entre nosotros mismos, la historia de un país en donde los árboles no dejan ver el bosque y en donde el bosque no deja que nos adentremos en él para postrarnos a la sombra de sus árboles. Al fútbol también han llegado nuestras filias y fobias, con lo que eso tiene de ominoso. El País Vasco es una tierra magnífica de gentes afables, con personajes futbolísticos (Zarra o Arkonada) y literarios (siempre me entusiasmó Unamuno) que forman parte de nuestra vida. Es triste que la violencia y el miedo avasallen el debate, que no haya tentativas de consenso. A veces nuestras emociones no pueden ser a nuestra imagen y semejanza, pues serían tan cruentas como nosotros, que ya lo somos bastante.