Dúdek, Cristiano y el equipo


Comenzaré por Dúdek; a propósito de la rendida entrega del Bernabéu y de sus compañeros a lo que su figura representó durante su estancia madridista, diré lo siguiente: el aplauso sincero es algo que traspasa los poros de la piel, y desde allí, ilumina de alegría al receptor del mismo; ergo: el polaco debió sentirse ufano e inconmensurablemente feliz. No cabe duda de que Dúdek ha realizado una gran labor de vertebración del vestuario. O eso se desprende de la irradiación de agradecimiento que galvanizó el aire de Chamartín: no debe ser un personaje que actúe a cambio de alguna mención elogiosa en las crónicas periodísticas, sino alguien que busca los usufructos colectivos por encima de cualquier cosa. Sé feliz a partir de ahora, Jerzy, y gracias por todo.

Sigo con Cristiano; sabíamos que no iba a limpiarse ese deseo de récord que se había enquistado en sus pulmones. Así y todo, escenificó un compañerismo y una asociación poco habituales en él; quizá porque profanó pasadas plusmarcas nada más comenzar el choque, lo cual le restó ansiedad: marcó muy pronto el primer tanto del equipo, y hasta el séptimo no se volvió a reecontrar con análaga sensación, que tan importante es para él, pues buscó mucho a sus compañeros. Sus 40 goles ya están cincelados en nuestra retina, y muestran lo que puede dar de sí, si del apartado individual hablamos. Un hormigueo de pavor se infiltrará en la sangre de sus adversarios si perfecciona, como se vio antier, un apartado (el colectivo) en el cual se le deben advertir mejoras. Ese apartado colectivo, su único equipolente, Messi, lo ha sabido interpretar mejor.

Y termino con el equipo. El sábado, a no pocos madridistas, les acometió una tristeza ciclópea al tratar de averiguar las razones por que aquellos futbolistas que estaban vapuleando al Almería y superando en tamaño la barrera de las 100 dianas eran los segundos de la tabla. Otros pocos, procuraron disimular el fastidio que ello producía con un disfraz de paciencia comprensiva. Pero la gran mayoría está satisfecha porque entiende que este ejercicio supuso un avance, por varias cosas: por la ganancia de la Copa, por la clasificación para las semis de Champions, por los registros goleadores (en Liga 102), por la buena adaptación de prácticamente todos los fichajes y por las hechuras de gran equipo exhibidas durante no pocos tramos de la temporada. Quien esto escribe, pertenece a esa mayoría.

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Foto: AS

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