La época del imperialismo y las potencias coloniales en el siglo XIX

Imperialismo y colonialismo no son lo mismo, pero podríamos decir que el primero lleva aparejado el segundo. Porque el imperialismo propugna el dominio de un país sobre otro y el colonialismo fue la herramienta mediante la cual los países occidentales (Inglaterra, Francia, Inglaterra y Estados Unidos) que llevaron a cabo la segunda revolución industrial (1870-1914), junto a Japón y Rusia, dominaron, en competencia feroz, a los países menos ricos. Las causas de que se produjera tal cosa fueron varias: la crisis económica de 1873 provocó que los gobiernos buscaran nuevos territorios libres de trabas aduaneras de los que extraer nuevas materias primas y donde colocar sus excedentes de producción y población (esto fue el motivo de grandes movimientos migratorios); también influyó el prestigio asociado a estas expediciones, utilizadas por los gobernantes in illo témpore para generar prestigio a su alrededor; e influyó, asimismo, la idea de que el Occidente desarrollado debía imponer sus costumbres y modo de vida a ciudadanos con disímil raigambre cultural (aquí jugaron un importante papel los misioneros cristianos y protestantes). El corolario de todo lo anterior fue la postración y explotación de naciones que, por mucho que sacaron cosas buenas de la experiencia (sobre todo en el apartado de las infraestructuras), tuvieron que sortear no pocas zancadillas para salir del subdesarrollo una vez que la colonización hubo finalizado. La colonización tenía sus fases. Primero iba la conquista, pan comido para naciones armadas hasta los dientes que además podían valerse de las innovaciones en navegación para adentrarse en los territorios que deseaban ocupar. Después tocaba el turno a la administración, que solía correr a cargo de la metrópoli; pero, a veces, la administración corría a cargo de empresas privadas. Y el último paso era la explotación económica, claro está, siempre asimétrica y muy favorable al país invasor. Administrativamente las colonias podían ser, eso: colonias (cuando estaban gobernadas directamente por la metrópoli), protectorados (cuando la metrópoli permitía un gobierno de nativos, pero supeditado a los intereses de esta), territorios ultramarinos (departamentos dependientes administrativamente del imperio) o Mandatos (creados por la Sociedad de Naciones tras la 1ª guerra mundial para que sus representantes adminstraran los territorios arrebatados a los perdedores del conflicto bélico). Y económicamente podían ser territorios de repoblación: donde llevaban los excedentes de población los países imperialistas, lugares donde predominaba la población del país colonalizador sobre una población nativa que quedaba en clara minoría. O también podían ser territorios de explotación: lugares explotados en el tema pecuniario por empresas privadas que, protegidas por el gobierno imperial, utilizaban mano de obra barata de la población mayoritaria: la indígena. A continuación, un respaso de cómo quedó, más o menos, el mapa mundial por mor de la geopolítica del momento. Imperio británico: estaba en todos los sitios. En África, que empezó a explorarse en la década de los 80 del siglo XIX, construyó un eje norte-sur, desde El Cairo a Ciudad del Cabo. Sus posesiones, resumiendo, alcanzaban los cinco continentes (huelga decir que era el imperio más extenso de la tierra): Gibraltar, Malta, Chipre, Sierra Leona, Australia, Nueva Zelanda, Birmania, Singapur, Canadá, India, Guayana... Imperio francés: muy ligado a la empresa privada, era el segundo en extensión, si bien más disperso que el británico. En el norte de África controlaba Túnez, Argelia y parte de Marruecos, en África noroccidental poseía territorios más que vastos y en la parte oriental Somalia y Madagascar; en el sudeste asiático enseñoreaba Laos, Tonkin, Conchinchina o Camboya, y en América, estratégicas posesiones antillanas. Imperio estadounidense: dependiente por demás de su fantástica flota, sus miras siempre se dirigieron al mar. En el Pacífico se ocupó de tener provechosas bases. Tras derrotar a España en 1898, se anexionó Filipinas y Puerto Rico y pasó a controlar la economía cubana. Asimismo, compró Alaska y se enseñoreó del futuro canal de Panamá, en vías de construcción. Imperio alemán: llegó tarde a la carrera imperialista, pese a desbancar a Inglaterra de la hegemonía económica europea. Pasó a controlar Togo y Camerún, en África, y en Oceanía, parte de las Islas Salomón. Imperio japonés: el más occidental y próspero de los países orientales doblegó militarmente a chinos y rusos. Esto le permitió dominar Corea, el puerto naval de Port Arthur, el trayecto del ferrocarril manchuriano y parte de la isla de Sajalín. Imperio Ruso: siguió exprimiendo la rica y extensa zona de Siberia, y centró sus miras además en el norte de China. Portugal: gracias a Inglaterra, obtuvo en África Angola y Mozambique. En Asia conservó conquistas del Renacimiento. Italia: obtuvo Libia. España: su poder se redujo a Guinea Ecuatorial y parte de Marruecos. Bélgica: obtuvo El Congo.

Comentarios

Entradas populares