Crisis de la Monarquía feudal inglesa: los orígenes del parlamentarismo

La monarquía inglesa va a experimentar una aguda crisis durante la primera mitad del siglo XIII. El punto de partida va a ser la pérdida del imperio angevino a causa de la batalla de Bouvines de 1214, la cual consolida la ocupación por parte del rey de Francia de casi todos los extensos señoríos que el Monarca inglés poseía al otro lado del Canal de la Mancha, con la excepción del Ducado de Aquitania. Lo anterior generó un gran descontento en la nobleza inglesa contra el rey Juan sin Tierra. Incapaz de reprimirla, Juan otorgó cual forma de privilegio a dicha nobleza la "Carta Magna", origen para muchos del liberalismo inglés. Tras fallecer Juan sin Tierra, su hijo Enrique III (1216-1272) tendrá que hacer frente a la ofensiva nobiliaria. Dada la precariedad política del joven Monarca, la nobleza inglesa le impuso las "Provisiones de Oxford", que profundizaban en la vía iniciada por la "Carta Magna", y asimismo, al mando de Simón de Monfort, prácticamente le sometió a una dictadura nobiliaria. Solo recuperó su libertad Enrique III respecto a la nobleza gracias a su hijo y Príncipe heredero, Eduardo. Las continuas pugnas entre Enrique III frente a la nobleza darán lugar a las convocatorias del Parlamento inglés. El Parlamento surge como resultado de una evolución de la antigua curia regia, que agrupaba a príncipes nobles y eclesiásticos cuando eran llamados al deber feudal de "consilium" a su señor, el monarca. La curia se transformará en Parlamento cuando se incorporen los representantes de las ciudades y de los condados. Eduardo I (1272-1307), quien gobernará respetando las prerrogativas del Parlamento y colaborando con él, va a restablecer la pujanza de la Monarquía gracias al recuerzo de su autoridad en el interior y a una política exterior basada en la incorporación de Gales a Inglaterra y en el intento de conquista de Escocia (si bien esto último, anexionarse a los escoceses, no lo logró).

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