Iniesta detuvo el tiempo

Los medios justiprecian de forma inicua a algunos jugadores. De Iniesta se dijo que su rostro era pálido, que era demasiado noble para despuntar al máximo nivel. El jugador manchego no da titulares, no es mediático. Pero nos referimos, indudablemente, a una pieza de calidad superior. Jugando en la demarcación del mejor Ronaldinho del Barça, arrancando del exterior hacia el interior, con diagonales endiabladas, con un zig-zag demoledor, está alcanzando un lugar en el cuasi solitario paraíso de los elegidos. Porque sólo los elegidos, cual Butragueño en su día, consiguen que durante una jugada el tiempo se detenga.

Aparte del golazo del barcelonista, queda claro que nuestra Selección ofrece al mundo un modelo atractivo, competitivo y efectivo: buen juego, resultados, garra e implicación. Ayer ante Bélgica fueron 60 minutos de fútbol en verso, reponiéndose a un tempranero gol en contra, en un día lluvioso y antipático, frente a un oponente vigoroso (grandes actuaciones individuales de Kompany, Fellaini y Van der Borre por parte de la 'tricolor'), en un césped en estado hórrido. A Del Bosque no le están entrando ataques de entrenador y es de agradecer. Ha respetado el legado de Luis Aragonés, padre biológico de esta criatura.