Joaquín, Toulalan, Lucho González y Lúcio...

La afición del Málaga quiere ilusionarse con un nuevo período en el que no quepan la inseguridad y el temor a un posible descenso. Alejar la certeza del abismo agazapada en cada esquina, para después seguir una trayectoria rectilínea que dé tranquilidad, parece algo realizable con los jugadores que tiene en mente Abdullah Al-Thani. Joaquín, Toulalan, Lucho González y Lúcio son jugadores de alto nivel; y unidos a los Van Nistelrooy, Maresca, Demichelis y Baptista, componen un catálogo de nombres que, sin duda, será llamativo para los aficionados 'costasoleños'.

Habría, eso sí, que dejar clara una cosa: últimamente, ninguno de estos jugadores ha puesto una gota de fútbol memorable en nuestra retina. Van Gol es y será siempre grandísimo, pero frisa en los 35; Baptista fue eyectado de la Roma, acompañado de algo de descrédito, como Maresca del Olympiacos y Demichelis del Bayern. El brasileño, el italiano y el argentino son jugadores cuya excelsitud futbolística se ha ido desvaneciendo en la grisura de la insusbstancialidad. Quienes parecen próximos a aterrizar, sobre todo Toulalan (al que las canas avejentan, como a Fabrizio Ravanelli otrora) y Lúcio, aportarían equilibrio y saber estar al equipo de Pellegrini; Lucho González le otorgaría llegada al área rival; Joaquín ya no es ese extremo que en sus comienzos se ensartara en los laterales rivales cual puñal de carámbano, ahora vive más de su talento entre líneas.

En la estrategia del jeque Al-Thani asoman los modos de quien ambiciona medrar, hacer grandes cosas e ilusionar a los suyos. Las carencias de su gestión no se deben al nimio fulgor de los nombres que contrata, sino a la etapa de carrera en la que aterrizan en La Rosaleda, ya con sus mejores días formando parte del pasado. El emir del Manchester City compró al mejor Robinho nada más llegar. Después llegaron Tévez, los hermanos Touré o David Silva. No es lo mismo. Estas incorporaciones serán para el Málaga un asidero con que agarrarse a primera sin vivir demasiados sustos, pero no le encumbrarán al estrellado futbolístico.

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Foto: AS