Traspié inconveniente

Más allá de PRONÓSTICOS DEPORTIVOS, de cómo se resuelva esta liga abstrusa en la que los de arriba propalan una irregularidad que pone a sus aficiones al borde de un ataque de nervios, se antoja indubitable calificar el empate de ayer contra la Real cual traspié inconveniente; inconveniente porque da margen de error al Atlético, o sea, respiro cuando más dudas le estaban atenazando justo antes del derby; inconveniente porque hace preguntarse al Barcelona que por qué no puede él, con un Messi ya en do menor bien escoltado por unos notables Dembelé y De Jong, ganar el campeonato; pero, sobre todo, porque muestra las costuras y deficiencias de una planificación deportiva mal realizada de mediocampo hacia arriba: el Madrid necesita gol, mucho gol; adolece de falta de punch arriba y eso no traduce en efectividad los interesantes momentos de fútbol que pueda desplegar, como ayer contra la Real Sociedad, 30 minutos del primer tiempo dignos de loa pero sin premio final por lo romo de una vanguardia donde Mariano ni siquiera es un suplente digno de Benzema. El Madrid es, con mucho, el grande de Europa al que más cuesta hacer gol. Y como las desgracias nunca vienen solas, tocó padecer un ataque de entrenador de Zidane, cuya decisión al incio de la segunda parte de mudar el dibujo para ubicar a Casemiro de tercer central no se pudo manifestar más contraproducente, pues por él el conjunto de Imanol pasó a dominar el partido y a inaugurar el marcador. Después, con la vuelta a la defensa de 4, y unido esto al planteamiento excesivamente consevador de los donostiarras, el dominio pasó nuevamente a nuestros pies y nos llevamos el taciturno premio del empate en la Zona Cesarini.