Cualificado Pipa

Ves jugar al Barça y al Madrid y quedas despavorido ipso facto. En estos momentos los puntos son los mismos, pero las sensaciones no. Los de Guardiola juegan a otro ritmo, a otra velocidad, con un desequilibrio contundente. Este Madrid no tiene cohesión entre sus líneas; el rival, cuando atraviesa los tres cuartos, congoja nuestros corazones porque nuestros defensas eligen el desbarro como opción. Da igual quién juegue, es una cuestión de automatismos. En el centro del campo, también da igual quién esté, los volantes no ayudan al mediocentro (también da igual quién sea). El problema, además, es que Schuster se empeña en que sin Raúl no se cierra la cuadratura del círculo. La titularidad del 7 es lo más torticero que he visto nunca en el mundo del fútbol. También volvió Guti, como esperaban algunos. Lo hizo con el marcador a favor y con espacios, como esperaban los mismos. Y nada de nada.

Tengo un gran respeto por la historia del Athletic, por su ideología, por el tancredismo de su política deportiva, pero sufrir tanto para doblegarle no hace sino advertir nuestros problemas. Sólo Higuaín con sus goles, con la inercia de su juego, pese a que aún su fútbol destila cierta inmadurez, supo resolver los problemas más acuciantes. Hoy el Pipa volvió a ser decisivo, el gol que nos otorgó la victoria era el típico que erraba en otras campañas salvo en contadas ocasiones. Higuaín llegó hace dos años, y muchos dudábamos de que estuviera preparado para la inmensa tarea que recaería sobre sus endebles espaldas. Hoy es un futbolista joven, sí, con aspectos que mejorar, también, pero muy cualificado.