Calderón saca adelante la Asamblea, pero el madridismo está fracturado

Hace unos minutos, Calderón ha sacado adelante, a trancas y barrancas, las cuentas en una Asamblea de compromisarios en la que no todos los socios eran compromisarios (¿?): 603 votos a favor; 442 votos en contra; 52 abstenciones. Pero ha quedado en evidencia la tremenda fractura que vive el R. Madrid. Ramón Calderón es incapaz de aglutinar alrededor de sus proyectos una auténtica unión del madridismo. Hoy en la Asamblea hubo momentos de una tensión ilimitada: de un lado una parte crítica y ávida de respuestas; del otro unos sospechosos afines a la presidencia. Ambos bandos acabaron enzarzados en una disputa nunca antes vista, creando un ambiente de lo más 'guerracivilista'.

Todo esto es fruto de un proceso electoral, el del verano de 2006, en el que los candidatos a presidir el club escogieron la trampa como modus operandi. La gente no olvida que Ramón Calderón fue el primero en abrir la caja de pandora con promesas incumplidas y alejadas del mundo real (Kaká o Cesc). Para colmo, ahora ha trascendido que contando los votos legales emitidos por correo, el ganador de aquellos comicios hubiese sido el relojero Juan Palacios. Aquellos polvos han traído estos lodos y, hoy en día, el mandato de este mandamás es una afigie caricaturesca de lo peor. Él mismo debería meditarlo muy seriamente.