Los escombros del 'schusterismo'

Un Mallorca con unas sensaciones de depresión y derrotismo elevadas hasta el extremo fue una presa demasiado fácil. Ha sido el de hoy un partido carente de ritmo, pero con el logro de sumar otra contienda sin recibir un gol. Conviene este dato una reflexión completa, sin una coma de menos, porque bajo los escombros del 'schusterismo' quedaron goles a porrillo. La rápida adaptación de un Lass sediento de competición es una pieza importante en la liquidación de una idea de corte malsano: el doble pivote no resta, sino que aporta estabilidad, un indiscutible equilibrio emocional. Así crece la defensa, y con ella el equipo.

Pero la gente siempre cree lo que quiere creer. El mensaje de los gurús acreditados hablará de un equipo menor, amante de contraatacar, tedioso. Se trata de los mismos influyentes que alimentaron la doctrina del 'schusterismo'; los mismos que con el paso de los meses quedaron desnudos de razones delante de su propio desengaño. ¿Existe alguna forma atractiva de saltarse los linderos del régimen? Cuesta creerlo, principalmente porque Juande no bebe precisamente en las fuentes típicas del tikitaka (abrevadero de constante ampulosidad).

Otro buen partido de Robben, cuya estúpida comparación con Messi más que un halago es un deslustre. Gago siempre suma pero, su desempeño, tan respetable en sus fines, aún es proclive a no marcar el tempo de los choques. ¿Es éste el día para reclamar la titularidad de la doble H, esto es, Huntelaar e Higuaín? Quizá no, demos la enorabuena a Raúl por su efeméride. Huele mal este Mallorca que hoy no fue ese enemigo ínclito de noches esforzadas y nubes plomizas.