De la Red y el capítulo ulterior

En una situación como la de Rubén De la Red la mente funciona como una cámara de vídeo, que quiere pasar al capítulo ulterior, en un desesperado intento de creer que todo sucedió de otro modo. Desearíamos que el contenido de aquella noche copera de Irún fuese un recuerdo de algo que ya no existe. O, al menos, poder llevar a cabo modificaciones.

Desde aquel desplome que nos sobrecogió a todos, las semillas de las peores suspicacias no han hecho sino echar raíces: inmensos silencios intranquilizadores; el dolor pleno; en el abismo de los malos entendidos se han coadunado las versiones agoreras de retirada con las esperanzadoras de recuperación. Incluso oí decir la semana pasada al maestro Juanma Gozalo que si De la Red no ha vuelto a jugar es porque el R. Madrid no se atreve, temeroso de otro incidente como el de Antonio Puerta.

Si postramos la mirada en el fútbol de De la Red hallaremos rasgos de centrocampista total: corta, distribuye con sentido, tiene colocación, es llegador, posee disparo y puede marcar 6 ó 7 goles por temporada. Sería útil en el 4-3-3, en el 4-4-2 ó en el 4-2-3-1. No todos los jugadores de la actual plantilla del R. Madrid pueden presumir de ser útiles en cualquiera de estos sistemas. De la Red, en cambio, sí. Aún no es catedrático, todavía no es Xabi Alonso, pero todo se andará. Ánimo Rubén: tenemos que ver el capítulo ulterior.