¿Es Ribéry un "galáctico"?

El 31 de agosto produce rumores como el agua hirviendo produce vapor. Nuestras moviolas estaban presididas por aquella negociación por Ronaldo Nazario, que el paródico Joan Gaspart intentaba incordiar ofertando 1 euro más que el R. Madrid. Ayer era Ribéry el principal eslabón en la cadena de posibles sobresaltos de última hora. No pudo ser en esta ocasión, si bien se da por sentado que Florentino cerrará su fichaje el próximo verano, poniendo fin al serial laberíntico en que se ha transformado el mismo. El efluvio de enemistad con el Bayern parece paliado, en gran parte, por la venta de Robben, y el propio mediapunta francés no demorará más tiempo su retazo de notoriedad en una Liga de más quilates.

En este vórtice de titulares que está dejando todo lo que enlaza con la 2ª aventura de Florentino, aunque no es fácil, se debería ser cuidadoso y no emitir opiniones a la ligera. Con una excesiva levedad a Ribéry se le llama "galáctico" y nadie pone el grito en el cielo por su posible precio (60 millones). Los rapsodas 'florentinianos' se entregan a la causa de un jugador alejado de la capacidad desequilibrante que atesoran los Cristiano Ronaldo, Messi, Kaká, Iniesta y Xavi. ¿Es realmente Scarface un "galáctico"? ¿Puede ser la clave del arco que cubra un proyecto de responsabilidad infinita? El Bayern, siendo él referente máximo, dejando al margen que en Europa fue un Bayern de chirigota, no consiguió ser hegemónico ni en Alemania, donde su supremacía presupuestaria es total.

Ribéry es un jugador habilidoso, escurridizo, versátil, vertical; un mediapunta al que le gusta asociarse mediante diagonales arrancado desde cualquiera de las bandas. Sí: es bueno. Pero pagar por él 60 millones se podría colegir como una enajenación como otra cualquiera.